…el maravilloso despertar del cuero aromado a café, bien revuelto el cabello por el tiempo y la brisa salobre de ese mar que, de pura envidia, tiene el color de tus ojos y sus olas han copiado tu indecisión de no saber si tenerme presente o dejarme, quemar mis libros o releerme la piel en la próxima ocacion…
(Tiempos, Denis Pereira)